Dentro de un clima de mejor diálogo y con el claro objetivo de evitar del default, el ministro de Economía, Martín Guzmán, comenzó en la mañana de este lunes 18 de mayo a desarrollar una serie de conversaciones con los representantes de los bonistas.
El objetivo de las comunicaciones es fin de reducir las importantes diferencias que persisten entre el Gobierno y los acreedores, tras conocerse tres contrapropuestas efectuadas por los bonistas del exterior, y no se descarta que las gestiones puedan seguir después del 22 de mayo, nueva fecha tope para la adhesión al canje de deuda.
Fuentes del Gobierno aseguraron que tras la evaluación que realizó el presidente Alberto Fernández con el ministro Guzmán en la noche del domingo 17 en la Quinta Presidencial de las contrapropuestas, el ministro recibió todo el respaldo para encontrar soluciones que puedan acortar el camino y llegar a un acuerdo que abarque a la mayor cantidad de bonistas.
La propuesta original de Economía contiene una quita del 62 por ciento de intereses, un 5,4 por ciento del capital y tres años de gracia, promoviendo por cada lámina de bonos de 100 dólares unos 32 dólares.
En cambio, los bonistas, entre las tres contrapropuestas presentadas, quieren un año de gracia y un valor por lámina de 100 de un mínimo de 55 dólares en algunos casos y otros de 60 dólares.
"Se está trabajando muy fuerte en estos aspectos. Lo que no vamos hacer es realizar un acuerdo que al poco tiempo no sea sustentable", advirtió de antemano una fuente del Ministerio de Economía.
Sin dudas, que el tiempo comienza a ser el gran motivo de presión, ya que el canje finaliza el próximo viernes 22 de mayo, donde vence además un bono de 500 millones de dólares.
Frente a esto, se barajan algunas alternativas para seguir negociando y de alguna forma evitar el default.
Una de ellas es estirar nuevamente el plazo de negociación, abarcando lógicamente el vencimiento de ese bono.
Otra posibilidad, aunque difícil de lograr, es acordar un bono entre bancos locales y organismos públicos, esencialmente Anses, para tener disponible antes del viernes esos 500 millones de dólares, cancelar el vencimiento, evitar el default y a la vez dar más plazo para seguir las conversaciones con el fin de cerrar un acuerdo.
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La última variante, que se habló pero que indudablemente se quiere evitar, es no pagar el vencimiento del viernes, mantener esa fecha como primer cierre del canje y seguir negociando un tiempo más, con el fin de que en un período determinado más acreedores se sumen a la reestructuración de la deuda propuesta por el gobierno Nacional.
Esta última opción no tiene costo económico inmediato para el país, sin embargo si lo tiene hacia el mediano plazo. El caso es que se decretaría definitivamente el default de la Argentina, en un contexto en que el mundo en general transita una aguda crisis económica y social por la pandemia del coronavirus.
Arranca una semana de importantes consecuencias para la Argentina. Con muchas reuniones y convocatoria de charlas contra reloj para evitar un nuevo default para el país, que sería el 9° en su historia.
FN/LR